Así pues, a nivel de ocio nocturno mis principales referentes fueron el fotógrafo norteamericano Bill Bernstein, quien retrató los cuerpos ‘dentro’ y fuera de la fiesta neoyorquina de los años 60. Aunque en su caso estaba claramente integrado dentro de estas noches y él llegaba a entrar dentro de las discotecas, su manera de retratar y mirar los cuerpos nocturnos me resultó fascinante.
También partí, y casi únicamente, de distintas maneras de fotografiar la calle y a desconocidas de la calle. En esta dialogaban retratos hechos con distintos formatos, dispositivos y, sobre todo, contextos. Mis principales referencias conocidos dentro de la asignatura fueron Txema Salvans y Joan Colom, especialmente por el papel que ellos tomaban en la toma de imágenes. La discreción de sus retratos ante la realidad retratada me ayudó a entenderme como alguien que no establecía un dialogo directo con aquello retratado, ni por experiencia previa ni por dialogo en el momento. Sus imágenes, no obstante, distaban muchísimo de las imágenes que yo tomaría después.
Por último, muchas de mis inspiraciones fotográficas son cuentas de Instagram. Existen numerosos fotógrafos o artistas contemporáneos que basan sus obras en la producción de imágenes (tomadas con móvil) en redes sociales. Esta práctica, que en ocasiones viene camuflada de 'oversharing' o 'influencer'ismo, no deja de ser otra forma de producción de arte. Personalmente, me siento fascinada por este tipo de contenido, pues lo considero de fácil creación, producción y acceso y, en cierta medida, un alegato a la democratización de la práctica fotográfica.

Como ejemplo de ello muestro la obra del fotógrafo y videógrafo Sam Youkilis, dedicado a grabar y fotografiar desconocidos y sus formas de vida en (ahora) el sur de Italia.
Por último, muchas de mis inspiraciones fotográficas son cuentas de Instagram. Existen numerosos fotógrafos o artistas contemporáneos que basan sus obras en la producción de imágenes (tomadas con móvil) en redes sociales. Esta práctica, que en ocasiones viene camuflada de 'oversharing' o 'influencer'ismo, no deja de ser otra forma de producción de arte. Personalmente, me siento fascinada por este tipo de contenido, pues lo considero de fácil creación, producción y acceso y, en cierta medida, un alegato a la democratización de la práctica fotográfica.

Como ejemplo de ello muestro la obra del fotógrafo y videógrafo Sam Youkilis, dedicado a grabar y fotografiar desconocidos y sus formas de vida en (ahora) el sur de Italia.
Las salidas de casa iban siempre acompañadas de un diario donde anotar ‘sensaciones’ y conflictos encontrados así como un dispositivo en el que poder capturar los elementos, situaciones o personas que me resultaban interesantes. Antes de llegar a tomar mis primeras fotos salí muchas veces sola, paseando y sin intervenir en las esferas que me interesaban.